Dentro de la documentación 3D del patrimonio cultural y la arqueología existen distintas técnicas que pueden ser aplicadas en función de las características y necesidades del proyecto: fundamentalmente, el escáner láser y la fotogrametría digital. Esta última es especialmente popular en los últimos tiempos debido a sus excelentes resultados, versatilidad y reducidos costes.
Según la Sociedad Americana de Fotogrametría y Teledetección (ASPRS), la fotogrametría “es el arte, ciencia y tecnología para la obtención de medidas fiables de objetos físicos y su entorno, a través de grabación, medida e interpretación de imágenes y patrones de energía electromagnética radiante y otros fenómenos”.
Es una técnica que puede aplicarse tanto a bienes muebles como inmuebles: objetos arqueológicos, obras de arte, edificios, complejos monumentales, yacimientos arqueológicos y hasta paisajes completos. Ello es posible gracias a que puede aplicarse tanto por medios terrestres como aéreos, montando una cámara sobre un dron o RPAS (vehículo aéreo no tripulado).
Por tanto, la fotogrametría es una técnica que se basa principalmente en la representación de un punto tridimensional proveniente de la realidad en un plano 2D: la lente de una cámara fotográfica. Mediante la interpolación de un mismo punto en varias fotografías, algoritmos informáticos son capaces de recrear dicho punto digitalmente. La precisión dependerá del tipo y número de fotos, pudiendo llegar hasta un margen de error submilimétrico.
Todos esos puntos se combinan para generar una nube de puntos que posee unas coordenadas, bien sean locales o geográficas. Mediante la triangulación de esos puntos, generamos una malla tridimensional que es una copia digital del modelo real. Sobre esta superficie, además, podemos generar una textura basada en las fotografías tomadas que imprime aún más realismo a nuestros modelos.
En el caso de la documentación 3D de bienes inmuebles, los resultados obtenidos permiten generar toda una serie de recursos tales como ortofotografías, alzados, mapas de elevaciones y modelos tridimensionales adaptados a todas las necesidades y niveles de detalle. Por supuesto, esta tecnología permite obtener datos georreferenciados sobre los que podemos medir, crear perfiles del terreno, calcular áreas, distancias y volúmenes, etc.
La documentación 3D de bienes muebles como objetos arqueológicos u obras de arte permite, además del propio registro de la pieza, la creación de gemelos digitales muy detallados con los que llevar a cabo un análisis detallado.
Una vez los modelos han sido optimizados, pueden ser también utilizados para la creación de museos virtuales donde exponer la pieza de forma accesible y gratuita para todos los públicos.
Como ves, la fotogrametría es una técnica muy interesante a la hora de documentar en 3D cualquier elemento arqueológico y patrimonial con un increíble potencial y un desarrollo tecnológico en constante mejora.
¿Te gustaría poner en práctica esta técnica en algún proyecto? ¡Cuéntanos!